Una ansiedad insistente y pegajosa
se me ha instalado sin pedir permiso
Flota en mi café de la mañana
Se eleva en el humo de mi primer cigarrillo
Cuando voy, corre delante mío
Cuando vuelvo, ya me estoy esperando
Una ansiedad insistente y pegajosa
juega a las escondidas en mis letras
y apenas comencé o una ni eso
pone un punto final en la hoja en blanco
Las páginas del libro que me lee
se suceden una a una sin descanso
y el ansiado final que nunca llega
me hace cerrar el libro e inventarlo
Desde el lunes al domingo un gran abismo
que acelero en mi mente transformándolo en charco
Y así llega más rápido otro lunes y entono otra vez el mismo tango.
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